Hoy queremos presentaros a Laia Larruy oriunda de Gavá, pero afincada en la Val d’Aran desde hace más de 10 años, es una de las súper profesoras de ETEVA, amante del deporte y, más concretamente, de los deportes de invierno.

¡Empezamos!

Laia Larruy, #MujerETEVA

Laia, eres licenciada en CAFE (Ciencias de la Actividad Físicas y del Deporte). Terminaste tu licenciatura hace más de 14 años, pero ¿de dónde te viene la pasión por la nieve?

Gracias a mi familia he podido conocer este deporte, he sido aficionada al esquí desde que tengo uso de razón.
Pero encontré en el esquí alpino mi pasión y forma de vida ya siendo estudiante universitaria en el INEFC de Barcelona donde aproveché la oportunidad de acercarme a este deporte profesionalmente.

¿Por qué decidiste afincarte en este valle de valles?

Aquí surgió la oportunidad de desarrollarme profesionalmente y desde el 2006 he sido entrenadora de club, he fundado dos escuelas de esquí y un club, soy formadora de ETEVA, … hasta hoy aportando mi granito de arena al sector.

Eres profesora de ETEVA en las especialidades de deportes de invierno, en particular en esquí alpino. ¿Cuáles son tus especialidades como profesora de nuestra escuela?

Me encuentro muy cómoda en las fases intermedias del proceso de enseñanza-aprendizaje, también me gusta mucho la metodología de todas las edades.
Al final lo que busco y con lo que disfruto es viendo evolucionar a mis alumnos.

¿Qué es lo diferencia nuestra escuela del resto?

La capacitación y trabajo en equipo del profesorado, formado por perfiles varios, especialistas en diferentes campos dentro del esquí, complementándonos los unos a los otros haciendo un único equipo.

¿Cuál crees que es el futuro de los deportes de invierno?

¡Hablar de futuro siempre es un reto!
Personalmente me gusta pensar que el futuro de los deportes de invierno en un país como España, pasa por la popularización del deporte y por trabajar en una base deportiva única de calidad desde diferentes ámbitos como el escolar, vacacional o el deportivo desde los clubes.
Es decir, creo que la mejora de la base deportiva lleva al crecimiento del deporte en si y el acercamiento del mismo al gran público, y para ello es necesario un buen equipo de profesionales como responsables de ello, formados, apasionados y con vocación.

Además de ser profesora, hace tres años creaste junto con un equipo de profesionales Snow Play, una escuela de esquí durante la temporada de invierno, y alquiler de bicicletas durante el resto del año. ¿Cuál fue el motivo por el que decidisteis crear esta empresa?

Snowplay es una evolución natural de mi trayectoria profesional y la de mis socios.
Hemos querido crear un punto de encuentro de aficionados al deporte, nace de la pasión por la montaña, ofreciendo un servicio global que va más allá de la sesión de actividad en sí, con informes de evolución de los alumnos, workshops sobre temas de interés, video análisis, escuchar música en directo, … etc. Aunque este año el covid nos lo está poniendo muy difícil.

¿Cuál es vuestro elemento diferencial del resto de empresas análogas del territorio?

La pasión y afición por el deporte, la rigurosidad metodológica y el respeto por la profesión.

Como mujer deportista y profesional del deporte, ¿te has encontrado con alguna piedra en el camino en un mundo mayormente dominado por los hombres?

No, jamás. Considero que he tenido suerte en este sentido.

¿Qué recomendaciones darías a las nuevas generaciones que vienen pisando fuerte y para quienes supones/eres un referente?

A las nuevas generaciones les diría precisamente eso: ¡que vengan pisando fuerte!
Que sean tenaces, que aprovechen la formación para adquirir una actitud critica y crecer profesionalmente, que no se conformen y trabajen hacia la excelencia y que vivan esta profesión con vocación por transmitir su pasión por el esquí todos los días, en eso consiste el reto.