Siguiendo las últimas publicaciones en nuestro blog sobre el deporte adaptado, hoy queremos entrevistar a Iván García, TD3 formado en ETEVA y especialista en esquí alpino adaptado.

Iván, de tan solo 25 años, prácticamente nació con unos esquís debajo del brazo. Actualmente trabaja Junto con su padre Juan (profesor independiente) en Baqueira desde hace mas de 4 años, Además de ser un profesor convencional, también se dedica de una forma muy interesada a la enseñanza y formación del esquí alpino adaptado, con el sobrenombre de “Skiamos Juntos”

Iván, ¿cómo y por qué decidiste formarte como profesor de esquí alpino?
Como has comentado anteriormente, mi padre es profesor de esquí y también mis abuelos paternos eran unos grandes amantes de este deporte.
Desde pequeñito he vivido este mundo con gran pasión y tengo la suerte de haber realizado de ella mi profesión.

¿Cuáles son las dificultades que más te sueles encontrar?
El esquí adaptado cada temporada está teniendo un mayor auge en nuestro país, nos encontramos que las estaciones no se han adaptado igual de rápido que la demanda que hay. El principal problema que me encuentro es el de la movilidad: Escaleras, Baños accesibles en las cafeterías-restaurantes, sería muy importante que cada cafetería tuviese por ejemplo una silla de ruedas para facilitar la independencia de los usuarios.

En vuestra escuela, ¿qué tipo de clientes soléis tener? ¿Niveles de iniciación o más bien de perfeccionamiento de técnica y estilo?
El tipo de alumno que nos solicitan en el esquí adaptado es muy diverso y de todas las edades: Lesiones medulares, amputados, deficientes visuales y parálisis cerebrales… Por lo general solemos tener una mayor demanda en la iniciación, ellos vienen muy ilusionados con la esperanza de poder llegar a ser autosuficientes.

¿Contáis con herramientas que faciliten la práctica del esquí alpino a personas con discapacidad?

Si, si no fuese así no podríamos dedicarnos a este tipo de enseñanza (aunque no todo el que nos gustaría tener). Disponemos de una silla con dos tallas de carcasas, stabilos (muletas espaciales para la práctica del esquí) y material para personas con deficiencia visual, como intercomunicadores y altavoces.

¿Cuál ha sido tu recorrido como especialista en deportes adaptados de nieve?
Todo comenzó en la estación de Sierra Nevada. Allí hay una fundación pionera en la enseñanza llamada “Deporte y desafío”. Tienen profesores que con su larga trayectoria se dedican a formar nuevos instructores.
En verano del 2018 viaje a Sudamérica a trabajar en la estación de Ushuaia (Argentina) donde la gran mayoría de mis clases fueron con alumnos de diversas discapacidades. Después volví dos temporadas más consecutivas la misma estación, hasta que tuve que detenerme por culpa de la maldita pandemia. Aparte de esto colaboro con el CDIA (Centro de Ceportes de Invierno Adaptado) donde hacemos campus dirigidos al alto rendimiento con personas con discapacidad física.
Esta temporada pasada empecé a formar parte del equipo de tecnificación de la ONCE como guía de Marc Albors, Ganando el campeonato de España de gigante y el subcampeonato de España de slalom.

Hace dos años finalizaste el ciclo superior en deportes de invierno, el TD3. ¿Por qué decidiste culminar tu formación como técnico deportivo de nivel superior? ¿Con qué objetivo?
Pienso que un profesional que ama su trabajo debe de llegar hasta el final. En el caso de la enseñanza del esquí el final es el TD3; pero mi objetivo es no relajarme en esta titulación, si no seguir trabajando para legar a ser formador y compartir mis experiencias con los alumnos.

¿Cuál es tu consejo para aquellos técnicos deportivos que no tienen claro en seguir su formación como TD3?
El TD3 está enfocado al mundo de la competición, entrenamiento, dirección de escuelas, análisis de video entre otras materias, por lo que creo que estas herramientas nos servirán para un mejor asesoramiento y desarrollo de la profesión en todos sus ámbitos.