El terreno de las montañas de la Val d’Aran nos ofrece una gran cantidad de recursos que, como amantes de la montaña que somos, no dudamos en recolectar y aprovechar al máximo sus beneficios sin alterar el entorno natural.

Hoy os queremos hacer un breve resumen de algunas de las flores y plantas que podemos encontrar en este enclave de los Pirineos y que nos ayudarán a paliar enfermedades o a disfrutar de las sensaciones que provocan en nuestro cuerpo los aromas de dichas plantas.

Plantago: Desde épocas prehistóricas, las diferentes especies de plantago se han utilizado como remedios antimicrobianos, anti-inflamatórios, anti-histamínicos y como diurético. Además, el plantago es reconocido como un excelente expectorante y la cataplasma de sus hojas es útil para combatir las picaduras de insectos, las llagas menores e incluso hay quien afirma que es capaz de curar las mordeduras de serpiente.

Ruda: Una de las plantas esotéricas por excelencia, la ruda tiene muchas propiedades que nos ayudarán a paliar o mejorar problemas de nuestro organismo. Esta flor es un antídoto fenomenal contra la psoriasis y el reumatismo, además de ayudar a tratar los trastornos del aparato digestivo y los gusanos intestinales. Como remedio contra el dolor menstrual realiza una fantástica tarea, así como para tonificar nuestras arterias y proteger los capilares.

Narciso: Los bulbos de esta flor que habita las praderas de las altas montañas se utilizan como expectorantes en pequeñas cantidades. Sus flores poseen propiedades febrífugas que ayudan a regular la temperatura y además son un antiespasmódico y anticonvulsivo de primera.

Se suele utilizar en cocción, infusión o en polvo.

Genciana: Una de las reinas en cuanto a plantas medicinales de alta montaña. La genciana tiene un sabor intensamente amargo que la convierte en un estupendo tónico digestivo y aperitivo, especialmente la zona de su raíz, la cual se utiliza en bebidas tónicas como el bitter o el vermú.

Sus propiedades también nos sirven como remedio antiinflamatirio, antiséptico, refrigerante y para paliar desordenes estomacales.

Artemisa: También conocida como Hierba de San Juan, la artemisa se emplea para combatir la retención de líquidos a la par que facilita la digestión. Esta planta es un aliado excepcional para combatir la bronquitis y las hemorragias nasales. También ayuda a estimular la función de los riñones y depura el hígado. La artemisa se nos presenta como una “superplanta” que combate las infecciones y ayuda a eliminar los parásitos, sirviendo también para mejorar los cólicos y aliviar los vértigos y mareos.

Estas son algunas de las plantas que puedes encontrar en las montañas de la Val d’Aran. Desde tiempos inmemorables los habitantes araneses han hecho uso de ellas y de muchas otras más. Si te apasiona la montaña y la botánica, no dudes en informarte de nuestros próximos cursos para aprender a utilizar e identificar los remedios más efectivos que nos brinda la madre Naturaleza en este rincón de los Pirineos.