Junto con el calentamiento previo, los estiramientos después de esquiar son de especial importancia para evitar lesiones y sobre todo, para que nuestros músculos se recuperen adecuadamente y evitemos las temidas agujetas tras un largo día en la nieve.

Como podéis imaginar, una de las zonas a la que mayor atención debemos prestar, son las piernas. Las articulaciones de las piernas son que más trabajan en este deporte y por ello nos centraremos sobre todo en cuádriceps y gemelos. Existen numerosos ejercicios que benefician el estiramiento de estas zonas. Algunos de ellos son cruzando las piernas y tratando de tocar la punta del pie con nuestra mano, haciendo que los gemelos se estiren al realizar 10 repeticiones con cada pierna.

Para los cuádriceps, nada mejor que el mítico ejercicio de apoyarnos en una pierna, mientras que llevamos el pie de la otra a nuestro glúteo, dejando en tensión los cuádriceps. Es un ejercicio muy común que se utiliza en muchas prácticas deportivas con resultados muy aliviantes para el músculo.

Otro estiramiento muy beneficioso es sentarnos y unir las plantas de nuestros pies, presionando ligeramente con los brazos nuestras piernas para que las ingles se estiren.

Por lo que respecta a la espalda, la zona lumbar es la que más se resiente tras esquiar. Para quitarle tensión, un ejercicio que podemos realizar en las mismas pistas, es sentarnos en la nieve y colocar un bastón en la planta de los pies. El ejercicio trata de, con las piernas estiradas, agarrar el bastón y subir la espalda hasta donde podamos en intervalos de 10 segundos.
También podemos tumbarnos boca arriba y estirar los brazos y piernas a la vez, desde los dedos de las manos a los de los pies.

Para estirar los brazos, cruzaremos primero uno frente a nuestro torso, mientras con el otro presionamos en el codo hacia nosotros/as. Luego haremos lo mismo con el otro brazo. Realizaremos repeticiones de 3 a 4 segundos cada una para relajar los tríceps.

Por último, el cuello lo estiraremos colocando suavemente nuestra cabeza a un lado (podemos ayudarnos de las manos) y aguantaremos 5 segundos para posteriormente cambiar de lado. Es un ejercicio que debemos realizar con tacto.

Con estos estiramientos, lograremos relajar los músculos que más trabajan en el esquí alpino, aunque no olvides que en ETEVA puedes aprender muchísimas otras técnicas para llegar a ser un/a profesional de este deporte.