Siempre hemos tenido un concepto claro: la seguridad es fundamental a la hora de practicar deporte. Por “inofensivo” que nos pueda parecer el senderismo, la verdad es que como cualquier actividad física en el medio natural, precisa de unas pautas y consejos que debemos seguir para asegurarnos de que podemos solventar cualquier situación extrema en la que nos podamos ver afectados/as.

Antes de iniciar nuestra excursión, nos informaremos a fondo de la ruta a seguir, calculando el tiempo que nos llevará y la previsión meteorológica. Siempre avisaremos la zona a la que vamos y comenzaremos las excursiones siempre a una hora prudente, mejor temprano por la mañana para evitar las horas de sol más fuertes.

Para practicar trekking o senderismo, necesitaremos vestirnos con ropa técnica y unas botas o calzado diseñado para el montañismo. Si practicamos alta montaña, el pantalón largo es indispensable por la nieve que podamos encontrar en las cumbres (incluso en algunos casos deberemos llevar piolet, crampones e incluso alguna cuerda de seguridad).

También nos equiparemos con una mochila ataviada con distintos elementos que nos harán la ascensión más fácil y nos ayudarán en caso de accidente. En ella, deberemos llevar un pequeño botiquín con agua, jabón (en caso de que debamos lavar la herida previamente), desinfectante y gasas estériles.

En la mochila también llevaremos protección solar y gorra para protegernos del sol, un chubasquero o ropa de abrigo impermeable en caso de que pueda llover, una linterna, mapa de la zona o ruta y una brújula. El papel higiénico puede sernos útil, igual que alguna cuerda de seguridad y cuchillo o navaja.

Adoptar una actitud responsable es algo imprescindible para disfrutar al máximo de la experiencia. Por ello, no te separes nunca del grupo y guiaros siempre siguiendo caminos marcados y haciendo caso de la ruta en el mapa.

Las cantimploras deben estar siempre llenas, y nos aseguraremos de comer adecuadamente e hidratarnos cada cierto tiempo (no está de más si llevamos algunas barritas energéticas para el camino, y/o fruta -mejor de temporada-).

El senderismo quizás no se considera un deporte de riesgo, pero no debemos olvidarnos que estamos practicándolo en plena naturaleza y alejados de núcleos urbanos. Por ello, si seguimos estos consejos y vamos preparados/as para la ruta, la experiencia será muy agradable, caminando con la seguridad de que podemos solventar cualquier problema que nos podamos encontrar en el camino.